RESPUESTA CORRECTA |
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3 Betabloqueantes y fármacos
antitiroideos |
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RESPUESTA COMENTADA DE LAS
OPCIONES ANTERIORES:
El tratamiento va dirigido a controlar los efectos
del aumento de hormona tiroidea y disminuir la producción
de ésta.
Los betabloqueantes controlan sobre todo la taquicardia, el
temblor y otros síntomas relacionados con el exceso de
hormona. Su utilidad se centra en las primeras fases hasta que
los antitiroideos hacen su efecto. Se prescribirán siempre
salvo contraindicación absoluta y siempre que la frecuencia
cardiaca supere los 80 latidos/minuto en reposo. Se empieza
con 20-40 mg de propranolol, de dos a cuatro veces al día,
y se aumenta la dosis progresivamente hasta que se normaliza
el ritmo cardíaco. Se reduce lentamente hasta su retirada
en cuatro semanas. También se puede utilizar el atenolol
(50-100 mg/día).
El control de la producción de hormona se puede conseguir
mediante la administración de fármacos antitiroideos
(metimazol/carbimazol y propiltiouracilo), que inhiben la síntesis
y la liberación de hormonas tiroideas o con la ablación
del tejido tiroideo con cirugía o mediante yodo radiactivo.
La elección del tratamiento dependerá de la presentación
clínica, la edad del paciente y la capacidad y disposición
de éste para seguir el régimen terapéutico.
La dosis inicial de metimazol/carbimazol en el adulto es de
10-40 mg/día dividida en tres tomas. El estado eutiroideo
se suele alcanzar al cabo de 4-6 semanas, a juzgar por la clínica
y las pruebas de función tiroidea (T4 y T3); entonces
se reduce la dosis a 20 mg/día si el paciente está
asintomático.
Posteriormente se ajustará cada 4-6 semanas hasta alcanzar
una pauta de mantenimiento de 5 a 15 mg/día en una sola
dosis. El tratamiento se mantendrá de 6 meses a 2 años,
con control analítico cada dos meses. La TSH no ayuda
a controlar la respuesta terapéutica, puesto que puede
permanecer suprimida durante varios meses después de
la normalización de T4 y T3.
La tiroidectomía subtotal es el método más
eficaz y definitivo en el tratamiento del hipertiroidismo cuando
éste recidiva, el bocio es muy grande o no responde al
tratamiento con antitiroideos. Son poco frecuentes las complicaciones
como la parálisis del nervio recurrente o el hipoparatiroidismo
permanente. Sin embargo conviene determinar la calcemia a los
3, 6 y 12 meses tras la intervención.
El tratamiento con I131 da buenos resultados y es más
barato y cómodo que la cirugía. Está indicado
en todos los casos de hipertiroidismo, pero suele indicarse
sobre todo en ancianos, en casos de alto riesgo quirúrgico
o en recidivas de hipertiroidismo postquirúrgico. No
se ha demostrado mayor incidencia de leucemia u otras neoplasias
tras su administración, aunque se desaconseja el embarazo
hasta pasados 6-12 meses de su administración. Su principal
efecto secundario es el hipotiroidismo, que puede llegar al
80% a los 10 años.
Los yoduros sólo están indicados en algunas crisis
tirotóxicas y en la preparación de la cirugía.
En resumen, las opciones terapéuticas en el hipertiroidismo
dependen del tipo de bocio, de las características clínicas
y de la edad.
En un bocio difuso pequeño en menores de 50 años
se recomienda los fármacos antitiroideos y si es grande
la cirugía. En un bocio difuso en mayores de 50 años
se recomienda el I131.
En el bocio multinodular y nódulo tóxico se recomienda
la cirugía y si se trata de ancianos considerar I131.
En el hipertiroidismo recurrente tras cirugía o yodo
radioactivo se recomienda fármacos o I131. En la infancia
los antitiroideos, en la gestación el propiltiouracilo
y en enfermedad asociada severa el I131.