Paciente de 43 años
que refiere disnea desde hace 20 años. En los últimos
dos años se ha ido acentuando hasta hacerse de pequeños
esfuerzos, teniendo que parar para descansar a los pocos
minutos de andar en llano.
No tenía antecedentes familiares
de interés, salvo su padre, ya fallecido, que había
presentado, pasados los 60 años, una enfermedad respiratoria,
que le había llevado en los últimos años
de su vida a necesitar oxígeno.
Fumador de 30 cigarrillos al día desde los 13 años.
En su trabajo (oficinista) no existían, aparentemente,
riesgos de exposición a productos tóxicos.
No recordaba contacto con personas que hubieran sufrido
enfermedades contagiosas (TBC, etc.).
Presentaba desde hacía muchos años tos y expectoración,
fundamentalmente matutinas, en cantidades que él
consideraba poco importantes.
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