RESPUESTA RAZONADA:
Ante una sospecha de hematuria, una vez descartadas las causas
de falsas macrohemturias, es necesario confirmar la presencia
de hematíes en la orina.
La primera prueba a realizar en la consulta es la Tira reactiva
(dipstick). Para considerar una hematuria clínicamente
relevante, debe confirmarse y cuantificarse mediante una nueva
determinación con tira reactiva y posteriormente mediante
el estudio microscópico del sedimento.
En ocasiones, es suficiente con el estudio macroscópico,
cuando la hematuria es franca y se han descartado una posible
pigmentación de la orina (pseudoehemturias).
La hematuria traduce patología nefrourológica
importante (cáncer, enfermedad nefrológica, litiasis)
en un 13-59% de los casos. El total de enfermedades significativas
es 3-5 veces mayor en pacientes con macrohematuria (5-20% de
las microhematurias y 25-35% de las macrohematurias).
En varones mayores de 50 años el 24% de las macrohematurias
se asocia a tumores y el 21 % a enfermedades urológicas
benignas quirúrgicas de relevancia como infecciones (20-25%)
o litiasis (15-20%).
El tipo de hematuria aumenta la probabilidad de diagnosticar
un cáncer urológico (1,9-2,9 veces para la microhematuria
y 8,7 para la macrohematuria), pero no predice el estadio del
tumor.
También la probabilidad de cáncer varía
con la edad y el sexo. El cáncer urológico está
presente en el 10 % de mujeres con hematuria franca entre 40
y 59, frente al 16% de los hombres entre 40 y 49 años
que asciende al 20 % entre 50 y 59 años. La macrohematuria
es motivo de consulta del 30% de los tumores renales, 60% de
los piélicos/ureterales y del 84% de los vesicales. El
valor predictivo de la macrohematuria en población general
es del 10,3% (22,1% en varones y 8,3% en mujeres mayores de
60 años).
La microhematuria traduce patología nefrourológica
en un 5-20% de los casos y entre un 1-5% de los será
de causa tumoral. En menores de 50 años, la microhemturia
no es un síntoma frecuente de patología tumoral.
La posibilidad de presentar enfermedad maligna es superior en
los casos en los que la hematuria es sintomática.
Por este motivo es obligado diagnosticar la presencia de la
hematuria, principalmente en los casos de microhematuria o de
macrohemturia de menor intensidad.
Una vez confirmad y antes de iniciar un estudio
más avanzado es preciso:
a.- Descartar una hematuria transitoria (fiebre, infección,
ejercicio intenso, traumatismo, medicamentos incluyendo anticoagulantes
orales, actividad sexual)
b.- Procesos tratables como infección urinaria o litiasis.
Se acepta en general que para iniciar un estudio más
avanzado de la microhematuria, ha de darse al menos uno de los
siguientes supuestos para iniciar un estudio:
1. Microhematuria constatada mayor de tres hematíes por
campo en dos de tres muestras de orina al azar (intervalo aproximado
un mes)
2. Al menos un episodio de hematuria macroscópica
3. Un episodio de hematuria de alto grado (mayor de 100 hematíes
por campo)
En el caso presentado, no se trata de un cuadro de macrohematuria
y es preciso confirmar la presencia de microhematuria