En la actualidad existen múltiples opciones terapéuticas para los pacientes con HBP, la elección del tratamiento va a depender de la severidad de los síntomas, la presencia de complicaciones, el tamaño prostático, la patología acompañante, la expectativa de vida, y la decisión del propio paciente una vez informado de los riesgos y beneficios.
Lo primero que se hará será tratar la infección urinaria con un antibiótico ya que puede estar agravando los síntomas.
En este caso al no existir complicaciones asociadas no estaría indicado el tratamiento quirúrgico como primera elección.
La vigilancia expectante tampoco estaría indicada inicialmente porque el paciente presenta síntomas moderados que afectan a su calidad de vida.
A pesar de tener una próstata de tamaño aumentado (60 ml), el tratamiento con finasteride (inhibidor de la 5-a-reductasa) de forma aislada, no mejora la clínica de forma rápida ya que tarda aproximadamente 6 meses en producir su máximo efecto, además en muchas ocasiones su prescripción inicial se reserva a atención especializada.
Por tanto, en este paciente estaría indicado iniciar el tratamiento con un a-bloqueante que produce una mejoría sintomática rápida (días) para intentar mejorar su calidad de vida.

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