RESPUESTA CORRECTA | |
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Refuerzo positivo sobre el abandono del hábito tabáquico | |
2 Despistaje de depresión | |
4 Inicio y control de programas de ejercicio | |
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RESPUESTA
COMENTADA DE LAS OPCIONES ANTERIORES:
El abandono del
hábito tabáquico en estos pacientes se asocia con reducción
significativa de la mortalidad en los pacientes postinfartados, y su abandono
debe de ser una prioridad en los pacientes con enfermedad coronaria. Tanto el
consejo individual como la terapia sustitutiva con nicotina son estrategias eficaces
y seguras para dejar de fumar. En los pacientes que han abandonado el hábito
tabáquico es importante realizar refuerzo positivo en cada visita.
El síndrome depresivo y la ansiedad se presentan frecuentemente, alrededor
del 15 al 20 % de los pacientes presentaran una depresión mayor, y se asocian
con una mayor mortalidad en pacientes post-infartados. Debemos incluir durante
la entrevista con estos pacientes preguntas destinadas a detectar la presencia
de estas entidades, y se presentan tratarlas precozmente.
La rehabilitación
coronaria basada en el ejercicio también consigue reducciones de la mortalidad
en los pacientes que han sufrido un evento coronario. Los programas de rehabilitación
domiciliaria son tan seguros y eficaces como los hospitalarios, y los pacientes
de bajo riesgo consiguen una mejoría de su capacidad funcional similar
a la del ejercicio supervisado. Este tipo de programas es especialmente recomendado
en pacientes con experiencia previa y con un buen apoyo familiar. Por el contrario,
los pacientes obesos que continúan fumando y aquellos que se sientan psicológicamente
muy afectados sería conveniente que acudieran a un programa supervisado,
por que la probabilidad de abandono en el programa domiciliario en estos pacientes
es muy alta.
Aunque no existen evidencias sobre el efecto de la reducción
de peso después de un evento coronario, los pacientes con sobrepeso probablemente
se beneficiarán de una reducción del mismo. Algunos estudios han
puesto de manifiesto el beneficio de la intervención sobre los cambios
dietéticos en atención primaria. El retorno a la actividad laboral
previa debería ser posible en la mayoría de los pacientes de bajo
riesgo. Sin embargo en nuestro medio solo el 40 % de los estos pacientes retorna
a su actividad en los 6 meses siguientes al evento. Es importante animar e insistir
al paciente en este sentido, para que, excepto aquellos que realicen trabajos
físicos muy pesados o actividades con riesgos para terceras personas, se
reincorporen a su trabajo habitual entre los tres y seis meses después
del episodio agudo, teniendo en cuenta os requerimientos energéticos de
cada profesión. En ocasiones puede ser necesario un cambio en el puesto
de trabajo.