La valoración y tratamiento de los pacientes con riesgo cardiovascular es competencia del médico de atención primaria. Se debería considerar la derivación al segundo nivel asistencial fundamentalmente en dos situaciones:

-Para completar la valoración diagnóstica mediante pruebas no accesibles al médico de atención primaria: por sospecha de estenosis de carótidas para ecografía carotídea, hipertensión secundaria de probable origen renal (parenquimatoso o vascular), clínica sugestiva de enfermedad coronaria que precisase de ergometría en cualquiera de sus variantes, sospecha de forma primaria de dislipemia (rara en ancianos) ...

-Para completar la valoración terapéutica ante casos de difícil control: en pacientes con formas resistentes de hipertensión o de dislipemia, ante hallazgo de insuficiencia renal grave o dificultad de manejo por intolerancia medicamentosa, Diabetes de difícil control por hipoglicemias o por fracaso terapéutico ...