RESPUESTA RAZONADA:
La presencia de un dolor torácico implica un amplio diagnostico
diferencial en el que se incluyen procesos de pronóstico
no siempre benigno. Dados los antecedentes del paciente: infección
respiratoria previa no resuelta, encamamiento reciente y varios
factores de riesgo cardiovascular (fumador, hipercolesterolemia)
es necesario descartar la presencia de patología pulmonar
infecciosa (infiltrados neumónicos, bronquiectasias,
infecciones específicas,...) y no infecciosa (embolismo
pulmonar, neumotórax, derrames pleurales,...) y patología
cardiaca (cardiopatía isquémica, patología
pericárdica, ...), sobretodo tras descartar durante la
exploración causas evidentes y benignas: contracturas
musculares, costocondritis, neuropatías herpéticas,
etc.