RESPUESTA CORRECTA | |
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Tratamiento regular con un broncodilatador de acción larga, corticoides
inhalados y corticoides orales en pauta descendente | |
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RESPUESTA COMENTADA DE LAS OPCIONES ANTERIORES:
La
paciente no cumple los criterios de derivación expuestos en el punto anterior,
por lo que debe ser tratada en atención primaria.
El diagnóstico
viene dado por la sospecha clínica que nos sugiere la detenida anamnesis
realizada, sospecha que se confirma mediante la espirometría forzada y
la prueba con broncodilatadores, por lo que, ante una espirometría correctamente
realizada, el diagnóstico debe considerarse definitivo. Si no pudiese realizar
espirometría en el centro de salud, existe la opción de realizar
el diagnóstico mediante registro domiciliario del flujo espiratorio máximo
(FEM) con un medidor de pico flujo (LINK a tabla 7 y a algoritmo de la figura
1, ambas del tema ASMA).
Los corticoides orales deben prescribirse
cuando el paciente presenta una crisis moderada-grave, en pautas corta o descendente,
intentando mantenerlos el menor tiempo posible y controlando, siempre, la evolución
de la crisis. Los más utilizados son la prednisona y la metilprednisolona,
por su mínimo efecto mineralcorticoide y su vida media relativamente corta.
También se utilizan la hidrocortisona y la metilprednisolona por vía
intramuscular o endovenosa, aunque esta última es preferible. Sólo
se utilizarán en crisis (administrados en pautas cortas), teniendo en cuenta
que su acción no es inmediata, y que no se han demostrado diferencias entre
la vía oral y la parenteral. Los broncodilatadores de acción prolongada
son útiles para la prevención a largo plazo de los síntomas,
principalmente nocturnos, además de evitar el broncoespasmo inducido por
el ejercicio. No se deben utilizar como medicación de rescate en las agudizaciones,
ni como tratamiento único del asma. LINK a figura 3 tema URGENCIAS...)
Salmeterol
es de inicio de acción más lento que formoterol, y la duración
del efecto de ambos es superior a las 12 horas. Añadidos al tratamiento
antiinflamatorio, resultan más eficaces que aumentar las dosis de corticoides
inhalados para el control de los síntomas. Es necesario insistir en que
no son útiles en el tratamiento de las crisis de asma y, especialmente,
que no deben NUNCA utilizarse como tratamiento único del asma. Diferente
es la indicación de los de acción rápida en el tratamiento
de las crisis de asma (los más utilizados son el salbutamol y la terbutalina).
Relajan el músculo liso bronquial. Su efecto se inicia a los 3-5 minutos
y es máximo en 15-20, manteniéndose entre 4 y 6 horas. Actualmente
no se recomienda su uso pautado; sólo se deben utilizar cuando el paciente
tiene síntomas, de forma que cuando son necesarios más de 3-4 veces
al día se debe pensar en un mal control del asma. Con frecuencia producen
temblor y taquicardia. En las crisis de asma, administrados por vía inhalada
en cámara espaciadora, son el tratamiento de elección.
Efectos
secundarios locales son: disfonía, candidiasis orofaríngea, tos
y broncoespasmo paradójico. Debe recomendarse el enjuague sistemático
después de cada inhalación, y la utilización de cámaras
espaciadoras, que minimizan estos problemas cuando se utilizan en forma de inhalador
en cartucho presurizado (ICP).
Efectos secundarios sistémicos: con dosis
bajas y medias (< 1000 mcg de beclometasona) tienen escasa relevancia clínica.
Con dosis altas pueden aparecen catarata subcapsular y glaucoma; osteoporosis;
adelgazamiento de la piel, telangiectasias y equimosis. No existen evidencias
de teratogenicidad (con beclometasona se tiene más experiencia), y no pasan
a la leche materna. En niños no hay evidencia de retraso del crecimiento,
pero es conveniente un seguimiento de la talla con dosis mantenidas superiores
a 400-500 mcg/día, aunque parece más perjudicial para la talla final
del niño el mal control de la enfermedad.
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En crisis asmáticas pueden ser necesarias pautas cortas de corticoides
orales sea cual fuere el nivel de gravedad previo.