Autores:
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INTERVENCIONES
COMPLEMENTARIAS
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RESPUESTA CORRECTA | |
| | 3.
Abandono del tabaquismo, con terapia sustitutiva con nicotina si es preciso | |
5. En asma, especialmente, el abordaje educativo
es imprescindible | | | RESPUESTA
COMENTADA DE LAS OPCIONES ANTERIORES: En el paciente
con asma, el abordaje completo de la enfermedad va más allá de realizar
un diagnóstico correcto y un tratamiento farmacológico adecuado.
Estos dos aspectos, imprescindibles, no suponen siempre el control de la enfermedad
al olvidar dos de los pilares básicos que contemplan los consensos internacionales
para tratar en su integridad al paciente con asma, la educación del paciente
y su familia y el control de posibles factores desencadenantes de síntomas
(medidas de evitación). En muchos casos, a pesar de un correcto tratamiento
farmacológico, es más que probable que éste no sea eficaz
si se mantiene un posible desencadenante en el entorno habitual paciente, o cuando
no utiliza correctamente los sistemas de inhalación prescritos. La utilización
de los fármacos por vía inhalatoria supone una dificultad añadida
(de la que dependerá en gran medida su eficacia), la de realizar la técnica
correctamente, de ahí la imperiosa necesidad de adiestramiento como uno
de los aspectos de la educación sanitaria en pacientes con asma. La
realización de pruebas cutáneas es un tema controvertido. Pueden
ser útiles, pero no obligadas, para demostrar que un alergeno es el causante,
y por tanto responsable de los síntomas en el asmático. Pero cuando
los posibles desencadenantes son varios, habría que plantearse su indicación.
Por ello, la historia clínica es fundamental para el diagnóstico
del perfil alérgico del paciente con asma y la que centrará qué
alergenos deben explorarse, cuando debe hacerse, teniendo en cuenta que su interpretación
debe realizarse en el marco de la concordancia con la sospecha clínica.
No aportan información en el seguimiento de la enfermedad. La prueba cutánea
más útil y sencilla es el Prick test. Tiene escasos efectos secundarios
y alta sensibilidad. Es útil para reforzar las medidas de evitación
de alergenos en la educación sanitaria. Pero es necesario remarcar que
la positividad frente a un alergeno sólo significa que existe una sensibilización
del paciente al alergeno, y no significa necesariamente que éste sea el
causante de sus síntomas, ni que deba prescribirse inmunoterapia específica.
Puede considerarse su uso en pacientes con asma leve (FEV1 >70%), con sensibilización
a un solo alergeno demostrado por la historia clínica y las pruebas cutáneas,
y cuando no se logra controlar los síntomas a pesar de un tratamiento farmacológico
y medidas de evitación correctos. Está contraindicada en asma persistente
grave, trastornos inmunológicos severos, neoplasias, reacciones anafilácticas
previas, hepatopatía crónica, y situaciones clínicas que
contraindican la utilización de la adrenalina. Debe ser administrada por
personal sanitario entrenado, teniendo los medios adecuados para tratar reacciones
anafilácticas graves. El paciente debe permanecer en observación
entre 30 y 60 minutos tras la administración del alérgeno, además
de conocer sus ventajas e inconvenientes
Los medicamentos
más implicados en producir crisis de asma son el ácido acetilsalicílico,
los AINE y los beta-bloqueantes no selectivos, estos últimos administrados
tanto oralmente como en colirio (para el glaucoma). Estas reacciones adversas
pueden ocurrir en cualquier momento, con más frecuencia después
de utilizar estos fármacos sin problemas durante años. Por lo tanto,
se recomienda aconsejar a todos los pacientes de asma que eviten estos grupos
de medicamentos y que empleen otras alternativas que suelen ser más seguras.
Los analgésicos más indicados en asmáticos son: paracetamol
(<1g dosis), dextropropoxifeno, codeina, tramadol y mórficos. Si es
necesario un AINE: pauta corta de corticoide oral, COX-2 o salsalato (500mg/6h).
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