RESPUESTA COMENTADA DE LAS OPCIONES
ANTERIORES:
Se recomienda, como en el resto de enfermedades
que afectan al pulmón, evitar tóxicos que puedan
agravarlas. En este sentido, es aconsejable el abandono del
hábito tabáquico, por ser un factor etiopatogénico
fundamental para el desarrollo de la EPOC. El déficit
de alfa-1-antitripsina, además, potencia el efecto negativo
del tabaco.
Estos pacientes presentan un mayor riesgo de infecciones,
especialmente las neumonías bacterianas. Por ello se
recomienda por ello el tratamiento precoz de las infecciones
bronquiales, así como la vacunación antigripal
anual y antineumocócica una sola vez.
Una de las tareas fundamentales del médico
de familia en el seguimiento del paciente con EPOC es el control
de la medicación, ajustando las dosis en caso de ser
necesario y / o añadiendo otros fármacos (corticoides
asociados a agonistas adrenérgicos, Teofilinas, etc.)
cuando la situación clínica lo demande. También
en este sentido es importante la revisión periódica
de la forma de administración de los inhaladores, comprobando
en las sucesivas visitas el uso adecuado de los dispositivos.
La oxigenoterapia crónica está indicada
en pacientes con insuficiencia respiratoria crónica (cifras
de PaO2 basales inferiores a 60 mmHg), o si existe hipertensión
pulmonar o poliglobulia. Su objetivo es conseguir cifras por
encima de las citadas, que se corresponden aproximadamente con
saturaciones de O2 en sangre superiores al 90%. En general,
se suministra con gafas nasales, por su mayor comodidad y aceptabilidad
por parte del paciente, aunque no se consiguen con ellas flujos
tan altos como los obtenidos con las máscaras de efecto
venturi.
Las agudizaciones son situaciones relativamente
frecuentes en los pacientes con EPOC. Detectar y tratar precozmente
estas situaciones, adaptando el tratamiento (corticoides orales,
antibióticos, etc.) en cada caso.